LA HERMANDAD DE SANTIAGO APÓSTOL, FARO DE VIDA CRISTIANA
La Hermandad sacramental de Santiago “se constituye para dar culto de amor y adoración a Dios Nuestro Señor en el Augusto Sacramento del Altar, y procurará acrecentar esta piadosa devoción entre sus hermanos y fieles. Asimismo, mantendrá e incrementará el culto a Nuestro Señor y su Santísima Madre, en sus advocaciones de Cristo de la Santa Vera Cruz, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora de la Soledad, así como fomentará la devoción y veneración a nuestro Santo Patrón Santiago Apóstol” (regla 8). Estos fines no sólo vinculan a los hermanos de esta corporación sino también a su director espiritual puesto que en el ejercicio de este ministerio que le encomienda el sr. Arzobispo de Sevilla debe tenerlos presente para que con su labor pastoral con los hermanos puedan crecer en el cumplimiento de estos objetivos, tanto individualmente como comunitariamente, en esta institución.
En primer lugar, la Eucaristía. ¡Qué responsabilidad tenemos todos al dar culto a Jesús sacramentado! Esto nos exige una constante actitud de conversión puesto que se podría decir que la relación del cristiano con la Eucaristía tiene dos direcciones. Una hacia la intimidad con Jesús, recibiéndolo en gracia de Dios, y escuchándolo a solas en el Sagrario. Otra hacia el prójimo, ya que el seguimiento de Cristo conlleva a que cada uno trabaje en la construcción del Reino de Dios en su contexto vital. Esto significa que el amor que nos enseña a vivir Jesucristo lo llevemos a la práctica con los que tenemos a nuestro alrededor de manera concreta y específica en nuestra interacción con ellos. En este punto el director espiritual está para servir a la hermandad celebrando los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia, tan necesarios para progresar en la coherencia de vida cristiana. Como la fe no es para vivirla en solitario, sino en comunidad, también la devoción sacramental de la hermandad se debe reflejar en la vivencia del día a día de la misma. Tanto con el ejemplo de los hermanos elegidos para servirla en la Junta de Gobierno, que con tanto esfuerzo e ilusión trabajan en esta tarea, como en el conjunto de la hermandad. Así pues, esta corporación debe ser un faro de vida cristiana en Castilleja de la Cuesta.
Otro pilar fundamental de la vida espiritual de esta comunidad cristiana la encontramos en la devoción a los titulares de Cristo que nos evocan su Misterio Pascual. Cristo clavado en la Cruz que se entrega y muere por nosotros abriéndonos el camino hacia la Vida. La pertenencia a esta hermandad debe ayudar a profundizar en la Misericordia y Bondad de Dios, que es más grande que nuestra debilidad y pecado, y nos invita a que con su gracia podamos vivir la autenticidad de la Buena Noticia de Jesús dando testimonio a los hombres del Evangelio que da el verdadero sentido a la vida.
Para crecer en la fe tenemos la ayuda de Nuestra Madre, la Virgen de la Soledad; que nos recuerda que nunca estamos solos porque acoge a todo el que acude a Ella e intercede por él ante su Hijo. Además, su devoción es signo de esperanza puesto que son muchos hijos suyos los que se aglutinan formando esta hermandad. Por ello, el clima que se debe crear en la misma es el de la fraternidad cristiana cobijada bajo el manto de la Soledad.
La devoción a Santiago, tan ligada a la historia cristiana de España, hasta el punto de que nuestros antepasados la llevaron allende los mares, nos debe ayudar a pedirle al apóstol que realmente la vida del hermano sea siempre misionera, tanto dentro de la hermandad como allí donde esté, en Castilleja de la Cuesta o en cualquier parte del mundo.
José M.ª Losada Lahera, pbro.
Director espiritual