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Para Rosa Luque Tovar fue una auténtica sorpresa el ofrecimiento que la Junta de Gobierno le hizo, en su momento, para que fuera ella la Madrina de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Soledad, ofrecimiento que aceptó con una ilusión tremenda. Y es que son muy estrechos los lazos que unen a su familia con la Hermandad de la Plaza desde su nacimiento. Viuda del que fuera Medalla de Oro y Hermano Mayor Honorario de la Hermandad, Manuel Chaves Oliver, desde su nombramiento en 2005 hasta su fallecimiento en 2009, Rosa también puede presumir a gala el ser, desde el año 1993, Camarera de Honor de Nuestra Señora de la Soledad y Medalla de Oro de la Hermandad.

El matrimonio siempre ha estado al servicio de la misma cuando ésta lo ha solicitado, encomiable labor que ahora sigue desarrollando Rosa Luque. Con su designación como madrina, la Junta de Gobierno ha querido reconocer su trayectoria y veteranía, así como al resto de benefactores y personas mayores que ha tenido la Hermandad a lo largo de su longeva historia y que han posibilitado que la devoción a nuestra Madre de la Soledad perdure en el tiempo con especial esplendor.

- ¿Te esperabas que la Junta de Gobierno te ofreciera el ser Madrina de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Soledad?

R.L. “No. La verdad es que no me lo esperaba. Nunca había pasado por mi cabeza tal ofrecimiento”.

- ¿Qué supone para ti y para tu familia este nombramiento?

R.L. “Ser la Madrina de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Soledad es lo más grande que me ha podido pasar. Cuando la Junta de Gobierno vino a mi casa para preguntarme si yo aceptaba ser la Madrina de la Coronación, me quedé sin palabras. Solamente me entraron unas enormes ganas de llorar porque me acordé de muchas cosas. Sentí una emoción muy grande.”

- No es el primer título que atesoras, ya que en 1993 fuiste nombrada también Camarera de Honor de Nuestra Señora de la Soledad y Medalla de Oro de la Hermandad, todo un privilegio supongo.

R.L. “Pues sí la verdad que sí, que lo siento como un auténtico privilegio”.

- Con motivo de dicho acontecimiento, muchos hermanos van a halagar con una ofrenda la Virgen de la Soledad. ¿Puede adelantarnos qué le has regalado?

R.L. “Mi regalo ha sido la saya que lucirá el día de su Coronación Canónica, una saya de tisú de plata bordada en oro en Talleres Salteras”.

- Sin duda, la familia Chaves Luque siempre ha estado ahí para todo aquello que la Hermandad ha necesitado y tanto Manuel como tú habéis colaborada de forma totalmente desinteresada. ¿Puedes enumerarnos los obsequios que habéis entregado a la Virgen de la Soledad durante todos estos años?

R.L. “No sé si me acordaré de todos ellos, la restauración de la saya blanca bordada en oro, la saya verde, muchos de los trajes que la Virgen de la Soledad ha estrenado el día de Noche Buena, el último fue el de hebrea, la ropa interior de la Virgen cada vez que le ha hecho falta, rostrillos, pañuelos, un cuerpo de cuero como protección, el arreglo de sus brazos, las restauraciones a las que se ha sometido, las jarritas de plata del paso de palio, los ocho ciriales, los azulejos de cerámica que se encuentran en la fachada de la Casa Hermandad, la puerta de caoba y el despacho casi entero del Hermano Mayor. Las campanas de la torre y la lámpara de araña que está en la Parroquia que la regalamos Manuel y yo estando de novios o recién casados, al igual que los dos blandones grandes que están en la Capilla del Señor de los Remedios. Manuel y yo siempre hemos ido a una en todo lo que ha hecho falta a nuestra Hermandad y siempre hemos estado de acuerdo. Cada vez que han venido a pedirme lo que sea ahí hemos estado. y, ahora, tras su muerte, ahí sigo yo para todo lo que le haga falta a la Virgen. Por ejemplo, ahora para su coronación también le voy a restaurar sus manos. Y muchas cosas más que seguro no me acuerdo ahora”.

- De todos los actos programados en este Año de la Coronación Canónica que hemos vivido y que aún nos falta vivir ¿con cuál te quedarías?

R.L. “A mí me ha gustado mucho las 24 horas de adoración al Santísimo que hemos tenido el privilegio de vivir en la Parroquia el pasado mes de marzo con los actos del Triduo en honor al Santísimo Cristo de los Remedios. Estuve con Él desde las seis y cuarto de la mañana hasta las ocho y media. Había poca gente y la verdad me impuso mucho cuando entré en la Iglesia y estuve ese ratito con Él. Me transmitió mucha paz”.

- ¿Cómo piensas vivir el día de la Coronación Canónica? ¿Cómo te la imaginas?

R.L. “No tengo ni idea, pero muy nerviosa. Como vaya surgiendo. A estas alturas, pienso que me va a costar mucho trabajo vestirme de mantilla, porque será la primera vez en mi vida.

- ¿Qué momento guardarás para siempre en tu retina y en tu corazón, de todos los que viviremos los placeños ese día tan esperado y señalado en el calendario?

R.L. “Me quedaré, sin duda, con el instante de la coronación, cuando el Sr. Arzobispo de Sevilla le imponga la Grandiosa a la Virgen de la Soledad en sus sienes”.

- Supongo que habrá un recuerdo muy especial para tus seres queridos, especialmente, para tu Manuel y para tu hijo ¿Estarán presentes?

R.L. “Claro que sí estarán a mi lado. Igual que los sentí a mi vera, en primera fila, uno de los días que acudí al Septenario de la Virgen. Es algo muy fuerte, pero los sentí a mi lado. Serán muchos recuerdos los que se vendrán a mi mente.”

- ¿Cómo hubiera vivido Manuel este año y la Coronación Canónica de su Virgen de la Soledad?

R.L. “Para él hubiera sido lo más grande del mundo. Manuel siempre decía que la Virgen de la Soledad era su madre. Por eso, yo he querido que la saya que le he regalado a Ella se presente el 5 de mayo, fecha en la que se han cumplido siete años de su fallecimiento. Como ha caído en jueves, primer día del Triduo Sacramental he aprovechado para dedicar la misa a su memoria y de paso, hacer entrega a la Junta de Gobierno y a Ella de la saya.”

- ¿Guardas algún recuerdo del año 1944, cuando el párroco de la villa, D. Juan Ruíz Picón le impuso a Nuestra Señora de la Soledad la Grandiosa?

R.L.”No mucho porque era muy pequeña. Ese año fue cuando yo hice mi Primera Comunión y no me acuerdo muy bien. Pero hablando de la corona, cuando La Grandiosa ha tenido que llevarse a Córdoba, el traslado ha sido en mi coche. Para mí fue lo más grande, yo iba con una alegría… y ahora, si Dios quiere y puede ser, también me gustaría hacer el viaje de regreso a Castilleja con ella”

- ¿Quién es para ti la Virgen de la Soledad? ¿Qué lugar ocupa en tu vida?

R.L. de Ella en los buenos momentos. Y muchas veces hablo con Ella para darle las gracias. Ella siempre ha sido un referente en mi vida y ha “Para mí la Virgen de la Soledad es mi madre. Ahora mismo, ella es mi sostén. Tengo a mis hijas y a mis nietos, pero Ella ocupa un sitio especial. Hay veces que me encuentro sola y me pongo a hablar con Ella. Te consuela. Le cuento cosas de toda índole, cosas que no le cuento ni a mis hijas. Le cuento mis penas, mis preocupaciones y mis alegrías. Porque yo también me acuerdo estado presente en los momentos más importantes de mi vida.”

- Siendo Camarera de Honor, siempre estás presente cuando hay que vestir a la Virgen. En esos momentos, ¿qué pasa por tu cabeza?

R.L. “Cuando se va a empezar a vestir la Virgen, te emocionas, la ves de una manera y luego de otra, pero una vez vestida, la primera imagen se te borra por completo de tu memoria. A mí, al menos, me pasa eso. La primera vez sí da mucha impresión, pero luego he comprobado que se te olvida por completo.”

- En esos momentos tan íntimos, ¿qué le pides a la Virgen de la Soledad?

R.L. “Yo lo único que le pido es salud para mis hijas y nietos. No pienso ni en mí. Solo le pido que vayan hacia delante, porque a lo largo de la vida se presentan por desgracia situaciones muy desagradables. Se puede pasar mucho, pero Ella es la que te da las fuerzas para seguir, al menos a mí”.

- ¿Con qué parte de la cara de la Virgen de la Soledad te quedas?

R.L. “Yo me quedo con sus ojos. Dicen que la Virgen de la Soledad tiene la mirada hacia abajo, pero sus ojos te transmiten tanto. Mucha tranquilidad, paz y serenidad. El momento más bonito para mí es cuando, en el Sagrario, las camareras comenzamos a quitarle alfileres y se queda ya preparada para vestirse. Ese momento te impacta y es el que más me gusta. Para mí es lo más grande del mundo”.

- ¿A qué huele la Virgen de la Soledad?

R.L. “No te puedo decir. Es un momento tan intenso cuando estás frente a Ella, la tienes tan cerquita, que no te paras a pensar en su olor”.

- Desde la Hermandad se está pregonando que la Coronación Canónica debe servir como un punto y seguido para continuar con la inmensa labor social que está llevando a cabo. ¿Cómo ve a nuestra Hermandad en el futuro?

R.L. “Hay que seguir como mínimo, como estamos ahora, sino más. Estamos pasando por un momento glorioso como es la Coronación, pero también momentos muy duros por todo lo que conlleva, sobre todo económicamente. Después de la Coronación, llegan elecciones y la Junta de Gobierno que entre se va a encontrar con todo esto hecho, pero hay que seguir adelante y la Hermandad no se puede dejar. Hay que fomentar el tema de la caridad y la formación. La Obra Social no puede quedarse atrás, no puede quedarse parada y va a costar mucho trabajo mantenerla y seguir luchando por esas personas mayores y dependientes. Porque entonces sin ella la Coronación se quedaría vacía de contenido”.

Muchas gracias a Rosa Luque Tovar, Madrina de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Soledad, por abrirnos su corazón y estar siempre dispuesta a colaborar en todo lo que se le requiere desde la Hermandad.

Valle Carreras (Redacción)