![]() |
![]() |
Autor: Antonio Roldán Rodríguez.
Fecha: 1912.
Si nos remontamos a las noticias de los anteriores pasos procesionales, hay que decir que son realmente pocas las existentes. Conservamos algunas en los inventarios que la Hermandad realizaba periódicamente. Por ejemplo, en 1818 se cita “los fardones y mangas negras del paso del Sepulcro, seis faroles del Sepulcro”. En 1841 se realizaría un nuevo paso para el Cristo según la reseña aparecida en los libros de datas de la Corporación: “…de la composición del paso del sepulcro 1.040 reales de vellón.”; del mismo año es la siguiente descripción: “un Paso del Señor y otro de la Virgen, una funda del Sepulcro”. Por último, en 1879 consta de la realización de un nuevo paso del Santo Sepulcro, costeado por la señora Marquesa de Loreto, quién siempre reivindicaría su propiedad, tal y como sucedió en unos lamentables sucesos acaecidos en nuestra localidad el Viernes Santo de 1880 “…paso del Santo Sepulcro, propiedad de la Señora Marquesa de Loreto sin que a esta fecha ninguna autoridad haya tomado parte en la injuria hecha al Señor”. Sabemos por información posterior, que la urna de dichas andas procesionales estuvo coronada por la figura de un pelícano.
En cabildo celebrado el día 6 de noviembre de 1912, siendo hermano mayor don Manuel Sánchez Baito, se acuerda la construcción de un nuevo paso del Santo Sepulcro, ya que el que hasta el momento se usaba no reunía las condiciones necesarias. Se contactó entonces con el escultor don Antonio Roldán Rodríguez, el cual, presentó un dibujo que agradó bastante a la corporación, encargándosele finalmente el proyecto al citado tallista. Fue el 8 de diciembre del citado año cuando se firmó el contrato, alcanzando el precio de realización la cifra de nueve mil quinientas pesetas.
![]() |
![]() |
Ya en el inventario de 1914 se describe el paso de esta forma “Un paso del santo sepulcro de madera de estilo Barroco, contiene nueve ángeles de madera pequeños, cuatro candelabros con siete luces cada uno y dos con cinco luces”.
Si nos atenemos a su descripción histórico-artística, podemos decir que el paso se encuadra en el estilo imperante de comienzos del siglo XX, es decir el neobarroco, caracterizado por su predominante talla vegetal. Es el estilo preferido por las hermandades y cofradías de Sevilla para realizar sus nuevos pasos, enseres y retablos. El paso aparece completamente dorado y policromado en algunas zonas, como por ejemplo los racimos frutales de las esquinas redondeadas de los respiraderos. La estructura del paso se conforma con unos respiraderos tallados y calados, una canastilla tallada y calada en la parte baja de la misma y por último la urna del sepulcro flanqueada por cuatro candelabros de guardabrisas y cuatro jarras de madera talladas y doradas.
La obra en conjunto, contiene ciertas imágenes talladas que adornan la obra y completan su mensaje iconográfico. En su parte frontal, en el respiradero, aparece una cartela donde se muestra el cáliz conteniendo la Sagrada Forma, clara alusión a la Eucaristía y al Santísimo Sacramento como Titular de la Hermandad. Sobre esta, en la canastilla, una cartela rodeada de dos querubines que revolotean, que contiene una escena pasionista donde Cristo es clavado en la cruz por tres personas. En el costado izquierdo aparece en los respiraderos el escudo Nacional, haciendo alusión a la condición de Real que ostenta la Hermandad y en la canastilla, una nueva cartela, con dos angelitos, que contiene la escena de la Flagelación de Cristo a manos de dos sayones. El respiradero trasero ostenta la Cruz de Santiago Apóstol, primitivo titular de la Corporación, la Parroquia y patrón de la localidad. Sobre esta, una cartela rodeada con dos querubines y en el centro la escena de una caía de Cristo con la cruz rodeado de tres soldados que le maltratan. Por último, en el costado derecho hay un escudo en el respiradero, perteneciente al Cardenal de Sevilla don Enrique Almaraz y Santos, arzobispo de Sevilla en la fecha de realización de este paso. En el centro de la canastilla de este lado, hay una cartela con dos querubines que contiene una escena de la colocación del cuerpo de Cristo en el Sepulcro por los Santos Varones, mientras detrás contemplan la escena, afligidos San Juan Evangelista y la Virgen María.
Hay que decir que estas cartelas pasionistas son una reproducción de las originales de 1912 realizadas tras la reciente restauración de Manuel Calvo y que siguen en su estilo a diversas obras realizadas por el maestro escultor barroco Pedro Roldán, como se aprecia por ejemplo en la vestimenta y disposición de las figuras de la última descrita y el retablo mayor de la Iglesia de San Jorge del Hospital de Santa Caridad de Sevilla.
En las esquinas de la canastilla del paso, hay cuatro magníficos pelícanos tallados y policromados, estando los dos del frente abriéndose el pecho con su pico, mientras sus tres crías se alimentan de la sangre de su progenitor, claro símbolo del amor de Cristo por nosotros. Los dos de la trasera tienen las alas desplegadas y se encuentran solos.
Por otro lado, la urna se remata por un angelito arrodillado en una nubecilla que soporta con sus manos una cruz y un cáliz. Este angelito ocupaba originalmente uno de los cuerpos de la custodia del Corpus Christi procesional de Santiago.
![]() |
![]() |
El llamador realizado en metal dorado está conformado por un querubín que sostiene un candelero. Cuatro candelabros de guardabrisas, colocados en las esquinas iluminan el paso. No son los originales, ya que estos se realizaron durante el último proceso de restauración del paso, adaptándose mejor a la altura del paso y dejando una mejor visibilidad de la imagen yacente. Cada guardabrisa se remata por una coronilla de metal dorado, realizadas en los talleres Itálica de Santiponce.
Completa la decoración del paso cuatro maniguetas de madera talladas y doradas realizadas en la última restauración del paso y los faldones de terciopelo negro bordados en oro en los talleres “Bordados Salteras” bajo diseño de José Manuel Azuaga Polo. El faldón central contiene en el centro, el escudo de la Hermandad. Estas últimas obras realizadas para el paso de Nuestro Padre Jesús de los Remedios vienen a completar más aún este bello conjunto, que tras la última restauración ha recuperado todo el esplendor que se merecía esta obra casi centenaria.
TEXTOS: Juan Prieto Gordillo
Profesor de la Universidad de Huelva
Historiador de la Hermandad