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Continuando con el contenido del Libro de Datas (gastos e ingresos) hallado en el Archivo de la Colegial de Olivares perteneciente a la Antigua Hermandad de la Vera Cruz de Santiago, fusionada en 1795 con la de la Soledad y Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, doy a conocer el contenido, en esta ocasión, de algunos de los pagos efectuados por la primitiva corporación crucera desde el año 1642 en que da inicio la redacción de la obra hasta mediados del siglo XVIII en que finaliza.  Reseñar que en este apartado existen dos tipos de pagos, los realizados en solitario por la Hermandad crucera y los efectuados por “a medianía” con la soleana, en especial con los bienes artísticos pertenecientes a la Santísima Virgen de la Soledad, y a las salidas procesionales; este hecho nos demuestra que desde el último tercio del siglo XVII la imagen mariana participaría ocasionalmente con la de Vera Cruz en los desfiles de Semana Santa, produciéndose con una mayor regularidad a partir del año 1720 según se desprende de los pagos efectuados y anotados en el mencionado legajo. Cabe resaltar finalmente la gran cantidad de reales empleados por la Hermandad de la Santa Vera Cruz santiaguista para la celebración de la Fiesta de la Santa Cruz, el día 3 de mayo de cada año.

Comenzamos el desarrollo de este nuevo capítulo destacando la continua mención a los pagos efectuados en solitario por la Cofradía de la Santa Vera Cruz a diversos religiosos de la Orden de San Francisco Descalzos de la Provincia de San Diego. Conocidas son las conexiones eclesiásticas mantenidas durante siglos entre estas órdenes religiosas con las Hermandades de la Santa Vera Cruz, especialmente en aquellos lugares en las que ambas convivieron, de hecho existe una amplia bibliografía que lo corrobora. Este suceso ocurre también en Castilleja de la Cuesta entre la cofradía crucera de Santiago y la orden franciscana, la que desde los albores del siglo XVII (1635) se estableció por segunda vez en la localidad,  procedente de la villa de Olivares, viniendo a ocupar las estancias que abandonaron las religiosas de la Orden Dominica Concepcionista que existieron en la actual Calle Convento (1). Como podemos comprobar, y gracias a las cantidades registradas, las relaciones entre los religiosos y la Corporación se ceñían a los actos que la Cofradía de la Vera Cruz de Santiago celebraba tanto en el interior como en el exterior de la Parroquia Matriz de Castilleja de la Cuesta, en la que se incluían también la asistencia a los entierros de sus hermanos difuntos. Prueba de ello son algunas cantidades repetidas casi anualmente: “Año 1670: 54 reales por el acompañamiento el Jueves Santo en la noche de la Comunidad del Convento; Año 1693: 54 reales del acompañamiento y Sermón del Jueves Santo en la noche que se le pagaron a los religiosos del convento de la Villa; Año 1697: 62 reales del predicador y religiosos del Jueves Santo;  año 1706: 122 reales por el Sermón de Pasión del Jueves Santo; Año 1718: 32 reales que se reciben en data dados al Padre Guardián del convento de Nuestra señora de la O; Año 1723: 6 reales al padre Beneficiado por el acompañamiento al Corpus;  Año 1739: 40 reales que  llevó los padres del Convento por los acompañados del Jueves Santo”.

Pero tal vez, las datas más interesantes son las relacionadas con los bienes artísticos  adquiridos por la Hermandad Crucera, siendo compartidos el costo de algunas piezas con la de la Soledad y Santo Entierro. Como es sabido, la primera Imagen que desfiló bajo palio por las calles de Castilleja de la Cuesta desde el año 1567 ha sido la de Nuestra Señora de la Soledad, actual titular de la Hermandad del Santo Entierro. Hasta la fecha creíamos que la Imagen de Nuestra Señora de la Soledad procesionaría tan solo con su Hermandad Titular cada tarde de Viernes Santo y las mañanas del Domingo de Resurrección; este hecho queda descartado tras analizar los pagos de los bienes registrados en los que se aprecian cómo ambas corporaciones compartían ya en el año 1677 algunos de los costos relacionados con Nuestra Señora, especialmente con los comprados para los desfiles durante la Semana Santa que la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Santiago efectuaba cada noche de Jueves Santo: “Año de 1677: Ítem, dan por descargo los dichos mayordomos 17 reales que costaron las varas del palio de la Madre de Dios”.

Será a raíz del año 1720 cuando se intensificaron los pagos “de medianía” por ambas corporaciones, para sus salidas procesionales. A continuación son citados algunos de éstos con su correspondiente año, lo que viene a ratificar lo mencionado en el párrafo anterior: “Año de 1694: Descargo de 155 reales de gasto de un calvario que compraron para la cofradía y otros gastos; 215 reales de nuevas potencias y pintar la Cruz de verde; Año de 1697: Descargo de 205 reales por tallar una nueva asta para la Cruz, pintarla de verde y otros gastos; Año de 1715: En unas horquillas para llevar los pasos 15 reales; 80 reales por una toca para Nuestra Señora y unos candeleros para la Semana Santa; para la música del Jueves Santo en la noche 80 reales; Año de 1720: Entregados 22 reales de la medianía del dorado de la tarimilla del paso de Nuestra Señora; Año de 1721: 72 reales y medio gastados en la medianía de la corona de Nuestra Señora de la Soledad; Año de 1723: Por la cabellera del Santo Cristo, 17 reales de vellón según su recibo; Año de 1726: 100 reales de los hacheros para la cofradía; Año de 1727: se entregaron 135 reales de unas potencias que se compraron; cruzadas para enfundar las varas del palio; 22 reales de retocar la Imagen, 50 reales por la mitad de enaguas blancas con sus encajes para Nuestra Señora; Año de 1733: fueron 9 reales de componer la trompeta de la cofradía que es medianía; Año de 1741: se entregaron 135 reales de unas potencias para el Santo Cristo que se compraron y dieron carta de pago”.

Pero no fueron durante las salidas de Semana Santa las únicas en las que ambas Hermandades compartirían gastos, poco a poco la relación se fue extendiendo a otras festividades y a hechos luctuosos tal y como sucedió desde el siglo XVIII con las del Corpus y los entierros de Hermanos: “Año de 1725: 25 reales de medianía que se pagan de los fuegos durante la fiesta del Corpus Cristi, se le da carta de pago a Pedro Sánchez, maestro cohetero. Año 1727: 350 reales de vellón y un cuartillo de la medianía que la dicha Hermandad tiene hecho de gastos hechos en la Fiesta del Corpus que se hizo juntamente con la Cofradía de la Soledad este año de la fecha” (4). Respecto al entierro de Hermanos, son citadas las siguientes datas: “Año de 1694: 610 reales que se gastaron en bordar el paño de los Hermanos, forrarlo, borlas y hechuras, como consta en las cartas que se presentaron. Año de 1711: 44 reales de vellón por alquiler del Paño de Difuntos. Año de 1720: de la medianía del plateado de las varas del simpecado y la manguilla, 22 reales”.

Como ampliación del tema de los funerales de Hermanos,  añadir que este hecho queda plasmado en los estatutos de ambas Corporaciones religiosas. En primer lugar, en el artículo de festividades recogido posiblemente a finales del siglo XV en las reglas fundacionales de la Santa Vera Cruz de Santiago: “mandar decir una misa cantada y tres rezadas por el ánima de cualquier hermano o hermana de dicha cofradía”, y casi un siglo y medio después en la de la Soledad y Santo Entierro: “Ytem. por cada hermano o hermana que muriere de dicha cofradía tiene obligación a mandar a decir una misa cantada de Requiem y tres rezadas”. Tras la fusión llevada a cabo por ambas Hermandades en 1795, dicho artículo quedaría recogido en su Capítulo 20 tal y como sigue “De las obligaciones de la Hermandad para con los Hermanos Difuntos”; en el mismo se hace mención en primer lugar a la asistencia de todos los hermanos a los entierros de sus miembros, obligándose la Hermandad a contribuir con el paño mortuorio,  con la cera que se gastase en dicho funeral, así como a cantar una vigilia en el domingo por la tarde después del día de Difuntos y al día siguiente una misa de réquiem.

Numerosos son los gastos efectuados por la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Santiago respecto a la festividad de la Santa Cruz, considerada de las más importantes que se celebraban en la localidad, acto que celebraba la Corporación desde sus orígenes, quedando instituida en cada una de las reglas que periódicamente renovaría: “Es de cargo de dicha Cofradía la festividad de la Santa Vera Cruz, que se compone de víspera y Misa Cantada”. La Fiesta de la Santa Cruz de mayo se celebraba con unas vísperas, una procesión, una misa y un sermón que se tendría el día tres de ese mes, si la Hermandad no decidía otra cosa. De hecho, algunos de los gastos más significativos anotados en el libro de datas respecto a sus festejos son los destinados al acompañamiento musical y al grupo de danzantes que la amenizaban. A continuación, y de forma periódica doy a conocer la documentación relacionada con algunos de los referidos actos: “Año de 1689: 205 reales de los fuegos del día de la Santa Cruz; al predicador del día de la Santa Cruz, 90 reales. Año de 1691: 123 reales ocasionados durante la Fiesta de la Santa Cruz, 150 reales de la música, 150 reales de la danza. Año de 1720: 125 reales gastados en la fiesta de la Cruz, en los fuegos que se hicieron. Año de 1721: 7 reales y medio por los fuegos de la Misa del día de la Cruz. Año de 1723: 27 reales gastados en la fiesta de la Cruz”.

Para concluir con el apartado de las datas o gastos  realizados por la Hermandad de la Santa Cruz de Santiago, compartidos alguno de estos, tal y como se ha comentado, con la de la Soledad y Santo Entierro, vamos a reseñar, además de los mencionados,  otros que pudieran tener cierto interés artístico tales como: simpecados, manguillas, lámparas, plateado de varas, faldones procesionales, faroles, frontales, campanillas, guiones, y trompetas entre otros. Para ello continuamos con la relación año y la pieza y valor, desplegados a lo largo del presente capítulo: “Año de 1717: 440 reales para hacer una manguilla para la cofradía y 150 reales para un simpecado. Año de 1720: de la medianía del plateado de las varas del simpecado y la manguilla, 22 reales; 41 reales y un cuartillo que costó la toca de Nuestra Señora más 20 reales que costaron cinco varas de bramante negro para los faldones. Año de 1722: a Jerónimo Ibáñez, maestro farolero por la medianía de los faroles que se compraron, 20 reales. Año de 1726: de un frontal para el Santo Cristo 27 reales y medio. Año de 1727: 258 reales por la mitad de las prendas siguientes, Campanilla, Varas de plata de Alcalde, y la toca y toalla de la Virgen y los fuegos de Resurrección; Año de 1730: 70 reales de ayuda del guión que se compró, 123 reales de una cruz y siete campanillas plateadas para el Guión, 255 reales del bordado del Guión. Año de 1731: 125 reales pagados al señor D. Miguel de Reina, del Guión que se hizo nuevo y 8 reales de vellón de dos varas de crudo para una funda para el Guión. Año de 1733: 9 reales de componer la trompeta de la cofradía que es medianía”.

En el próximo capítulo, donde se da por finalizado el contenido del Libro de Datas de la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Santiago, haremos mención de algunos pleitos ocasionados por miembros de la Corporación crucera, además de  algunas de las visitas efectuadas a la Hermandad por los distintos Abades de Olivares quienes se convirtieron en la máxima autoridad eclesiástica que durante doscientos veintiocho años dirigieron la Iglesia, dentro de las propiedades de los señores condes duques de Olivares en El Aljarafe.

TEXTOS: Juan Prieto Gordillo
Profesor de la Universidad de Huelva
Historiador de la Hermandad