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Resulta sorprendente, o al menos curioso, que la Hermandad de Penitencia de Castilleja de la Cuesta que posea el libro de Datas de mayor antigüedad hasta la fecha conocido, sea la desaparecida y fusionada en 1795 con la del Santo Entierro y Soledad de Nuestra Señora, la de la Santa Vera Cruz de Santiago (1). De hecho, hace algún tiempo he localizado en el Archivo Parroquial de Nuestra Señora de las Nieves de la villa de Olivares dicha obra, perteneciente a la Corporación crucera que abarca un  período comprendido entre 1642 a 1750. Evidentemente, no es el primero que realizaría dicha Hermandad por cuanto ya hacía casi siglo y medio que había sido fundada. Es de lamentar la desaparición de algunas de las páginas que la componen, más concretamente   las correspondientes a los años 1642 a 1663.    

Antes de desarrollar el contenido histórico de dicho libro, debemos aclarar que en este tipo de obras se copiaban un sinfín de hechos pertenecientes tanto a la vida  interna como externa de las respectivas Corporaciones religiosas. De hecho, podemos comprobar los diferentes los tipos de anotaciones escritas: nombres de los componentes de las Juntas de Gobierno; visitas de los prelados, arzobispos y abades; pleitos ocasionados por motivos diversos; ingresos procedentes de tributos: de hermanos, de las mandas recogidas durante las procesiones, de las luminarias, de entierros y misas de los hermanos difuntos; o de distintas donaciones, entre otros. Importante es igualmente el apartado correspondiente a gastos: de bienes adquiridos para la Hermandad, cera, de incienso y carbón; de romero; de fuegos lanzados durante las fiestas establecidas; datas entregadas a los religiosos del convento de Nuestra Señora de la O, que eran los encargados de realizar las funciones establecidas en las Reglas: misas, sermones y acompañamientos procesionales, etc. Algunos nombres de los religiosos impresos fueron: fray Juan de Huércanos, fray Diego Rodríguez de Santa María, fray Juan de San Vicente, fray José de Castro, y fray Sebastián de Quiroz.

Siguiendo la estructura original de la obra, daremos a conocer en primer lugar los nombres de los miembros de las Juntas de Gobierno de algunos de los años que componen el legajo; a continuación se citarán parte de los ingresos correspondientes a la Corporación; seguiremos con las datas o pagos efectuados, y finalmente las visitas efectuadas por algunos Abades de Olivares, junto con la referencia de pleitos ocasionados durante la existencia de la Hermandad. Debido a lo intenso de su contenido he extractado aquella información que creo pudiera ser más interesante para los lectores, respecto al conocimiento de la Hermandad que nos antecedió y convivió durante siglos, bajo las cubiertas de nuestra parroquia de Santiago.

Realizada esta obligada introducción, exponemos sin dilación el contenido de la mencionada obra perteneciente a nuestra Hermandad de la Santa Vera Cruz, establecida en la Parroquia Matriz de Santiago desde comienzos del siglo XVI. El primer testimonio escrito se halla en la cubierta realizada en piel, tal y como era costumbre en aquellos siglos, en la que aparecen las siguientes inscripciones: “Libro de la Hermandad de la Vera Cruz de la Parrochia del Señor Santiago”; a continuación aparece reflejada la siguiente cifra: 328 y una firma ilegible (2).

Podemos comprobar, cómo a comienzos de cada año se recoge la relación de aquellas personas, con sus correspondientes cargos, que formaron las respectivas Juntas de Gobierno. El primer año en el que aparecen citados éstos, debido a la ya comentada desaparición de los anteriores, data de 1664: Juan García de Cabrera y Francisco de Carmona, Alcaldes; Juan López y Juan de Santiago, Mayordomos; Esteban Ortiz y Francisco Tovar, Diputados; todos oficiales de la Cofradía del Santísimo Sacramento y Santa vera Cruz, sita en la Iglesia del Señor Santiago de esta Villa.  (3). Gracias a este legajo también, y ante la inexistencia aún, de las primitivas reglas, tenemos conocimiento de algunos de los artículos que la formaban, tal y como sucede con el apartado de los Cabildos anuales que celebraba dicha Hermandad “AÑO DE 1664. Tres Cabildos anuales: Primer Cabildo de Cuaresma, Cabildo de Ramos y Cabildo de Jueves Santo en la Noche.

Centrándonos en el capítulo de ingresos, se observa que existieron tres partidas esenciales: las recogidas en los mencionados Cabildos, los procedentes de las entradas de Hermanos y las demandas, y por último de los tributos de casas y tierras concertados con la Hermandad. Prueba de ello es citada la cantidad recogida durante la celebración de los cabildos celebrados en 1665, cuya cifra ascendió a un total de 471 reales de vellón: “108 reales y medio que se juntaron al primer Cabildo. 250 reales del Cabildo de Ramos. 113 reales que se juntaron el Jueves Santo en la noche(4).  A continuación, eran recogidas las partidas en la que se incluían las aportaciones por la entrada de nuevos hermanos, además de las demandas “del plato” de la iglesia y de la calle, al igual que las referentes a luminarias e insignias portadas por los miembros durante los desfiles procesionales. En las relativas al año 1670 éstas cifras ascendieron a: “114 reales de la demanda de la Iglesia y de la calle, 142 reales de las luminarias de las hermanas, 18 reales de las entradas de hermanos, 110 reales de las insignias” (5). En lo relativo a la tercera aportación, la más cuantiosa junto con la de los Cabildos, provenían de los ya citados tributos que algunos de los hermanos, en especial los de mayor potencial económico aportaban anualmente, los recogidos en el año 1738 fueron: “Ítem. Se les hace cargo de los tributos de dicha cofradía de las personas que lo pagan que son las siguientes: Juan Caro paga 44 reales de tributo de una casa que linda con Francisco Beltrán; ítem Antonio Ortiz paga de tributo 11 reales y medio; ítem, Bernardo de Oyega paga de tributo 13 reales y medio de una casa que vive y linda con las de Francisco Oliver; ítem paga Sebastián de Chaves 9 reales y 22 maravedíes de tributo de una casa que linda con las de Juan de Oyega; ítem Juan de Oyega paga de tributo 9 reales de una casa que linda con casa de Pedro Márquez; ítem los herederos de Juan de Oyega el mayor pagan de tributo de unas casas 72 reales, que lindan con casas de Antón Navarro; ítem don Manuel de Guemes paga de tributo de un pedazo de tierra heredado de don Alonso de Mata en las Garineras, linda con tierras de don Juan de Miranda y con la hijuela que divide el término, paga 18 reales y medio; ítem don Fernando Bilbao paga de tributo de un pedazo de tierra puesta de olivar 27 reales y medio; ítem los herederos de Antón Navarro pagan de tributo 38 reales y medio de una casa que linda con la Condesa de Lebrija; ítem los herederos de don Diego Ortiz Navarro pagan de tributo 5 reales y un cuartillo de una casa que tienen en la calle de Enmedio, que linda con don Basilio de la Peña; ítem Pedro Gómez paga de tributo 33 reales de tributo de una casa que tiene en la Calle Real que linda con casas de José Prieto”.

Como complemento a la información anterior, damos a conocer un listado de hermanos correspondiente al año de 1717, en el que curiosamente no aparece reflejado ningún nombre de mujer, aún teniendo constancia de su respectiva afiliación a dicha Hermandad. La cita de los nombres de las personas en los documentos históricos siempre ha tenido un especial interés antropológico y social, por cuanto han ayudado en más de una ocasión a descifrar el árbol genealógico, en esta ocasión, de familias pertenecientes a Castilleja de la Cuesta: “Relación de Hermanos en 1717. Juan Caro, Josefa González, Diego Ortiz Navarro, Francisco de Vargas, Alonso de Amaya, Sebastián de Chaves, Juan de Oyega, Antón Navarro, Diego Caro, Fernando de Bilbao, Luís de Adorna, Cristóbal Martín Toro, Diego Montaño, Diego de Cabrera, Bernardo de Chaves, Luís de las Cuevas y Palencia, Juan de Oyega el Mozo, Juan de Oria, Pedro López, Alonso Rodríguez, Alonso Negrón, Bartolomé de Oyega(7). De esta nómina destacar los nombres de Cristóbal Martín de Toro (1719, 1715-18) y Luís de las Cueva y Palencia (1711), ambos Gobernadores de la villa de Castilleja de la Cuesta durante los años reseñados.

Otro apartado importante de ingresos, son las cantidades recogidas durante la procesión del Jueves Santo en la noche, tanto a través de los platos de “demanda” como por las cifras recogidas por las luminarias y las insignias que desfilaban junto a las imágenes titulares durante sus respectivos recorridos por las calles de la localidad. A continuación se muestran las cifras alcanzadas en diversos años en sus correspondientes apartados. Así, en uno de los primeros años en que aparecen recogidas estas partidas, en 1664, las cifras recaudadas fueron las siguientes: “ítem se le s hace cargo de 96 reales que se juntaron el Jueves Santo en la noche; ítem se le hace cargo de 22 reales  de la demanda de la iglesia y la calle; ítem se les hace cargo de 142 reales y medio de las luminarias; ítem se les hace cargo de 18 reales de tres entradas de hermanas; ítem se les hace cargo de 110 reales de las insignias”. En la actualidad, esta costumbre de pedir con los “platos de demanda”, se puede apreciar en la Semana Santa de la localidad de Sanlúcar la Mayor.

Continuando con el tema de los ingresos, en 1702, siendo Alcaldes de la Hermandad, Fernando de Tovar y Diego Montaño, y Mayordomos, Roque de Castro y Sebastián de Chaves, las cantidades relacionadas con las mismas partidas fueron: “Luminarias de hermanas,  128 reales; insignias y entradas de Hermanos, 260 reales; demanda de la calle, 142 reales; demanda de Jueves Santo: 18 reales(9). Finalmente, y para concluir este apartado las cantidades conseguidas en 1738 ascendieron a: “ítem de luminarias y entradas del año pasado de 1737, 142 reales de luminarias; ítem 217 reales del Cabildo de agosto; ítem 58 reales que se cobraron de débitos; ítem se les hace cargo de 37 reales y 3 cuartillos de la demanda en que entran 20 cuartillos del Jueves Santo. Todo lo cual montan un total…”.

Como complemento de la información anterior, referente a la procesión del Jueves Santo, caben destacarse las noticias ofrecidas en este legajo acerca del acompañamiento musical que llevó la cofradía durante el desfile procesional durante los siglos XVII y buena parte del XVII. Así, durante los primeros años descritos en la obra, y hasta finales del siglo diecisiete, se menciona una trompeta como único instrumento que acompañaba a la cofradía  el Jueves Santo en la noche. Sin embargo, para las procesiones del Corpus y la de Agosto se cita “el acompañamiento de la música”. Ya a comienzos del siglo XVIII aparece la figura de un “bajón” o bajo, nombre dado a un instrumento de viento que toca la parte más grave: “Ítem se le recibe en data quince reales dados al bajón como consta de la carta de pago”, “Quince reales de vellón de derechos de tocar el bajón el Jueves Santo en la noche…”. Ya en el año 1733, ambos instrumentos bajón y trompeta interpretaban junto a los pasos procesionales.  

Si interesantes son las partidas de ingresos, no lo son menos “las datas” o los  pagos efectuados por la Corporación crucera, compartidos durante buena parte del siglo XVIII con la de La Soledad y Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo. Estas cantidades  serán desglosadas en el siguiente capítulo (IV) de la Historia de la enigmática Hermandad de la Santa Vera Cruz de Santiago.

 

 

TEXTOS: Juan Prieto Gordillo
Profesor de la Universidad de Huelva
Historiador de la Hermandad