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Ya tocaba. Esas dos palabras salieron de la boca de muchos hermanos placeños esta pasada Semana Santa. Y es que desde el año 2017 no se vivían unos días tan plenos en la Hermandad. Plenos de júbilo, de buen tiempo, de afluencia de público, de normalidad en fin…

Tras el Vía Crucis presidido por el Señor de los Remedios el Jueves de Pasión y su traslado posterior al paso, se acercaban los días grandes de la Hermandad de Santiago mientras se iban dando los últimos detalles a los pasos procesionales y se montaba el altar de insignias, además de la instalación del Monumento del Jueves Santo en la capilla sacramental.

El Viernes Santo fue un día caluroso y con un cielo completamente despejado que hizo brillar la luna llena en la madrugada al recogerse la cofradía.

Como de costumbre, por la mañana, la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de los Remedios realizó el pasacalle por la localidad anunciando lo que estaba por venir.

Ya por la tarde y a partir de las 18:30 h. salía del templo santiaguista la tradicional vuelta de nazarenos por el recorrido acostumbrado y presidida por el Simpecado de Nuestra señora de la Soledad, además de algunas insignias y el acompañamiento musical de la citada banda.

Al acercarse la hora señalada, las 20:00 h., la Plaza se llenó de mucho público deseoso de contemplar la cofradía y rezar a nuestros Sagrados Titulares, que lucían en sus pasos, espléndidos. El recorrido fue el siguiente: Plaza de Santiago; Lepanto; Enmedio; Manuel García Junco; Real; Nuestro Padre Jesús del Gran Poder; Enmedio; 28 de Febrero; Príncipe de Asturias; Alegría; Convento y Plaza de Santiago.

Junto a la puerta de la iglesia, la Obra Social había instalado numerosas sillas para los mayores de la corporación, entre los que se vieron rostros emocionados al contemplar la salida de ambos pasos. Primero, nazarenos negros tras la cruz de guía, hasta la salida del paso del Señor de los Remedios que iba hermosamente exornado con orquídeas rojas holandesas, rosas rojas colombianas, astromelias moradas nacionales, claveles cardenalicios nacionales y eucalipto, alumbrado por cera roja en sus candelabros. El paso se acercó a la puerta a los sones de la marcha “Santo Sepulcro” interpretada por la Banda de Música “Santa Ana” de Dos Hermanas, encargada de acompañar a la Virgen de la Soledad. Tras una saeta que se cantó desde un balcón de la Plaza, el Señor salió de la misma para dar paso al cortejo de la Santísima Virgen con sus nazarenos de color crema y rojo. Iniciaba este cortejo el Simpecado acompañado de dos faroles que se estrenaban en el cortejo del Viernes Santo.

La Virgen de la Soledad salió triunfante a su plaza, recibida por muchos aplausos. En la presidencia se encontraba con vara la señora Alcaldesa Dña. Carmen Herrera Coronil. Su magnífico palio, que no deja indiferente a nadie, salía a las 20:40 h. Vestía manto negro bordado en oro, saya roja del taller de Esperanza Elena Caro según diseño de Juan Oliver y un hermoso tocado dispuesto a tablas, además de su corona “Grandiosa” y algunas joyas. El paso iba exornado por longuiflorum holandeses y rosas de pitiminí colombianas, todo en tonalidad blanca.

Por Enmedio y Manuel García Junco avanzó la cofradía hasta llegar a la esquina de acceso a la calle Real, donde se congregó mucho público como de costumbre. Posteriormente se efectuó el saludo a la Hermandad Sacramental de la Inmaculada Concepción, que recibió a la cofradía con estandarte y varas. La Banda de Música “Santa Ana” de Dos Hermanas interpretó entonces la marcha 'Soledad Divina', basada en la salve de N.H.D. Francisco Rosales Oliver y adaptada a marcha procesional por D. Francisco Jesús Lozano Berto, una composición que fue estrenada en el concierto de la mencionada banda ofreció el 27 de marzo para concluir el Besamanos de Nuestra Señora de la Soledad y que pudo escucharse por primera vez en la calle.

La comitiva siguió después subiendo de nuevo hacia Enmedio y 28 de Febrero. Por la calle Príncipe de Asturias se vivieron momentos especialmente bonitos al pasar por la estrechez de la misma, continuando la Estación de Penitencia por Alegría y Convento, para alcanzar la Plaza, apagándose completamente las luces de la misma, quedando iluminada por la luna llena en lo alto.

El paso del Santísimo Cristo de los Remedios entró a las 00:35 h. con la interpretación de la macha “Consolación y Lágrimas” llegando a la iglesia, mientras el paso de palio aguardaba en el arco de la calle Convento desatando el aplauso y vítores del público al entrar por él con la marcha “Pasan los Campanilleros”, enlazando después con “Encarnación Coronada”.

La Santísima Virgen de la Soledad, con su candelería completamente encendida, dio fin a este esplendoroso Viernes Santo con su entrada en la iglesia a la 01:15 h. ya del Sábado Santo.

TEXTO: Manuel Pablo Rodríguez.

FOTOS: Israel Adorna Cabrera, José Manuel Fernández-Andes, Francisco Javier Contreras Romero y José Rodríguez Polvillo.