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El próximo sábado, 20 de marzo, a las 16.30 horas tendrá lugar en la Parroquial de Santiago el XXXII Pregón de la Hermandad, que pronunciará el poeta y escritor D. Álvaro Carmona López. 

El pregonero cuenta con una dilatada experiencia en el atril, destacando especialmente su designación como Pregonero de las Glorias de Sevilla en 2015 en la Santa Iglesia Catedral. Además, entre otros muchos, ha pronunciado los pregones de Semana Santa de Salteras, San Juan de Aznalfarache, Olivares, Mérida, Alicante y Murcia, así como los pregones rocieros de Barcelona, Lorca, Valencia, Lucena, Moratalaz y de la Hermandad Castrense.

Cuenta, además, con una amplia trayectoria en los medios de comunicación, había trabajado para Ondaluz, El Correo de Andalucía, Canal Sur Radio o 13 TV, entre otros.

El sábado 20 toma la palabra en el atril de Santiago. En vísperas de ese esperado día, hablamos con el pregonero...

Nos consta que el próximo 20 de marzo es una fecha muy esperada por usted. ¿Por qué?

Hay sueños que posiblemente lleguen a nuestra vida, sin quererlos y luego sean tan imprescindibles que, si no se hacen realidad, parece que algo te falta. Pregonar a la Hermandad de Santiago, es una de las cosas que voy a poder decir al final de mi vida, que pude hacer. No soy de Castilleja, no he vivido con la Soledad todo lo que vosotros habéis vivido, pero siento que me llama y que me quiere.

¿Y no es eso lo más grande del mundo? Ha pronunciado infinidad de pregones. ¿Por qué el de La Plaza va a ser diferente?

Porque La Plaza es un pregón en sí. Permítanme recordarles que cuando uno escribe con el corazón, el papel no es un problema, es una bendición en forma de poesía. Si tengo que describir cómo será el texto, entonces diré que es una mezcla de técnica, corazón, poesía y la mirada de la Soledad reflejada en un espejo.

¿Qué le inspira cada uno de nuestros Titulares?

No voy a nombrar a ninguno, porque lo van a entender. Allí está el que me dio la vida, el que me hace saber que, peleando mis sueños con la fe, puedo ser mejor. Y por supuesto, está la belleza y la hermosura que me indica el camino de vuelta al cielo. Luego está La Plaza, que es el apellido de todo lo que siento.

Conoce a numerosas hermandades, no sólo de Sevilla, sino de toda España. Desde esa amplia experiencia, ¿en qué diría que destaca La Plaza?

La Plaza es un conjunto de pequeños trabajos y labores que hacen una enorme hermandad. La Plaza es referente en toda la provincia de Sevilla, en la propia capital y en una España cofrade que necesita personas entregadas. La Plaza es orgullo, es elegancia, empaque, señorío y sobre todo, verdad. Porque todo lo que hay en La Plaza es verdad. Y de la buena.

Tiene también una amplia trayectoria en los medios de comunicación. ¿Cómo valora la comunicación de nuestra Hermandad?

De lo mejor que conozco. Y aprovecho para felicitar a todos lo que componen ese maravilloso equipo que siempre me ha dado la oportunidad de participar. No falta ni un detalle porque viven para comunicar lo que es Santiago. Y La Plaza nos necesita siempre con la bandera en la mano.

¿Cuáles son, a su juicio, los elementos que no pueden faltar en un pregón?

Si hablamos de razones, hablemos de verdad. Porque en un buen pregón no puede faltar la verdad que se hace poesía y sentimiento. En La Plaza, pregonar es un lujo porque mires donde mires y hables con quien hables, pregonar es la verdad de todos los días. Aquí no se puede mentir. Los titulares son lo que son en el pueblo. El Viernes Santo se hace Semana Santa igual que también el Domingo, donde la gloria camina bajo palio. ¡Fíjate qué verdad!

Sabemos que desde el primer día ha conectado especialmente con algunos hermanos de la Hermandad y que mantiene una gran relación con ellos. ¿Cómo ha sido la acogida en La Plaza?

Esa es la suerte que tengo, haber conocido a gente magnífica. Quiero destacar a alguien que siempre me ha puesto las cosas muy fáciles, como es José Rodríguez Polvillo. Todos y cada uno de ellos, siempre han tenido sus brazos abiertos para que me sintiera en casa. Ahora toca devolverlo. Porque después del veinte de marzo, también seguiré hablando de La Plaza, donde quiera que vaya.

Como sabe, la pandemia ha obligado a que sea un pregón distinto. Las circunstancias obligarán a un aforo limitado. ¿Cómo valora esta circunstancia?

Estaremos lo que tengamos que estar. Y, además, lo verán en directo por las redes sociales. Pero que allí estarán los que forman “La Plaza del cielo”, tampoco tengo duda.

¿Cuál considera que debe ser el papel de un católico en la sociedad hoy día?

Tenemos que creernos que somos protagonistas. Porque debemos decir qué somos, cuánto queremos a Cristo y cuánto amamos a la Virgen. Somos los portadores de la fe. Somos el 97% de la Iglesia. Junto con los sacerdotes, hay que enseñarle al mundo la luz en las tinieblas.

Por último, un mensaje para los hermanos de la Plaza...

Tengan fe. Busquen a Dios dentro de la urna, porque no está muerto. Dios está vivo siempre que rezamos. ¿Y la Esperanza? La Soledad es la Esperanza. No tenemos soledades humanas cuando la Virgen está con nosotros. Lo tienen todo para ser felices. Cuando haya problemas, se van a la Iglesia y le miran la cara a la Virgen.  No todos pueden decir lo mismo.

 

FOTOS: Sheila Criado.