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El día del pregón siempre es una jornada grande en nuestra corporación. Los hermanos de la Plaza aguardan con entusiasmo el anuncio de la Semana Santa, uno de los momentos más esperados en el año. En esta ocasión, el pregón decano de la Villa celebraba su XXXI edición y de nuevo sería una hermana la encargada de pronunciarlo. Con la iglesia santiaguista repleta de hermanos, familiares y amigos de la pregonera, N.H.Dña. Ana Rodríguez Negrón esperaba con nervios el ansiado momento de comenzar a pronunciar lo que llevaba preparando desde meses atrás.

Presidieron el acto el párroco y director espiritual D. José María Losada Lahera, la alcaldesa-presidenta del Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta, Dña. Carmen Herrera y varios miembros de la corporación municipal, antiguos hermanos mayores y miembros honoríficos de la hermandad.

Con todo dispuesto y ante la hermosa mirada de Nuestra Señora de la Soledad, que lucía espléndida ante un maravilloso altar instalado para su besamanos, comenzó el acto con la interpretación de la marcha “Soledad, Rosa de Castilleja” (Fernando Jesús Romero Triguero, 2002) interpretada en el interior de nuestro templo por la Banda Municipal de Música “Nuestra Señora del Valle” de La Palma del Condado (Huelva), bajo la dirección de Miguel Ángel Redondo Gil y seguidamente se presentó el acto por parte de N.H.D. José Luis Rodríguez García, quien ostenta el cargo de diputado mayor de gobierno en nuestra junta de gobierno.

Continuaría el acto con la intervención del canto por excelencia de la Semana Santa, la saeta, de la que sabe tanto nuestro pueblo, interpretadas en esta ocasión por las voces de D. Álvaro Carrillo Alfaro y nuestros hermanos D. Leopoldo Chaves Rodríguez y Dña. May Ramos Luque.

Seguidamente y tras la interpretación de la marcha “Amarguras” (Manuel Font de Anta, 1919), la cual celebra este año su primer centenario, se procedió a la presentación de la pregonera por parte de su amigo N.H.D. Víctor López López (pregonero de 2017). La fuerte amistad entre ambos quedó patente en la hermosa presentación llevada a cabo, donde Víctor, como miembro de la junta de gobierno en el cargo de diputado de cultos y formación y sobre todo como director del Coro Litúrgico “Nuestra Señora de la Soledad”, del cual forma parte la pregonera, mantiene una estrecha relación con la misma.

Tras la presentación y los aplausos del público asistente se interpretó la marcha “Hosanna in Excelsis” (Óscar Navarro González, 2009) y seguidamente subió al atril Ana para pronunciar su exaltación.

Comenzó el pregón, marcado por la profundidad, la fuerte religiosidad y el compromiso de la pregonera, placeña de raíz, de una familia muy vinculada a la hermandad, no en vano, siendo su abuelo hermano mayor, le fue impuesta a la Virgen de la Soledad, hace ahora 75 años (algo que recordó en el pregón), la corona Grandiosa, símbolo indeleble de nuestra titular.

Las primeras palabras fueron dirigidas a sus compañeras del coro, las cuales se encontraban desde el coro alto siendo testigos de todo ello, emocionadas y agradecidas por el gesto de la pregonera. Anécdotas de juventud vinculadas con el coro se fueron sucediendo, entre el recuerdo de las componentes que faltan, hasta llegar a lo que ella destacó como uno de los días más importantes vividos por la hermandad y por el coro, como fue la Coronación Canónica de la Virgen de la Soledad en 2016:

“Ella, una vez más Ella, la Reina del cielo, la Madre de to los placeños, la que siempre nos mira con ojos de infinita misericordia, acudía en nuestra protección y porque así Ella lo quiso, una corona Grandiosa, donada con inmenso amor por sus hijos, hace setenta y cinco años, siendo mi abuelo José, Hermano Mayor y D. Juan Ruiz, párroco de nuestra corporación, volviose a posar de nuevo sobre su sien, esta vez de la mano de nuestro señor Obispo, D. Juan José Asenjo, quedando así demostrado para la posteridad, como fruto intenso de veneración, cariño y devoción a Ntra. Sra. de la Soledad”.

Tras hacer un hermoso recorrido por los esperados preparativos que en toda de la vida de un cofrade se suceden, con la preparación del hábito nazareno, la pregonera efectuó los saludos protocolarios y los agradecimientos al hermano mayor, tras haberle encomendado esta tarea el pasado Domingo de Pasión, asumiendo esta enorme responsabilidad y reconociendo que esperaba no defraudar a nadie con ello.

La Cuaresma y lo que ella supone para el cristiano ocupó una importante parte de su pregón, comenzando por el traslado de la Virgen de la Soledad hasta el altar mayor para celebrar su Septenario y culminando con el vía crucis que preside anualmente el Jueves de Pasión el Santísimo Cristo de los Remedios por las calles de la feligresía, refiriéndose a ello con palabras como estas:

"¡Ay Señor de los Remedios! Padre lleno de bondad, ten misericordia de tus hijos que postrados a tus plantas te ruegan con humildad, que aumentes la fe de los que en Ti confían y sobre nuestras familias derrama Tu Amor y piedad, remedia a nuestros enfermos y mayores, de nuestros jóvenes se siempre su alegría y su paz, ampara a los que sufren por nuestra desidia, abandono y soledad, haznos fuertes en el amor a nuestro hermano, a la Hermandad y permítenos que algún día, arrepentidos de nuestras faltas, Tu paz y Tu gloria, lleguemos a alcanzar".

Tras los preparativos previos a la Semana Santa, recordar diversos momentos familiares de juventud y llamar la atención a los hermanos sobre la importancia de la asistencia a los cultos, marcando las ocho de la tarde en el reloj de la torre santiaguista se llegó al Viernes Santo, día grande para la hermandad, con hermosas palabras dedicadas a nuestros titulares, destacando las siguientes en honor a la Virgen de la Soledad:

“¡Ay Madre mía de la Soledad! si bonita estás de atardecía, aún más hermosa en plena oscuridad, cuando de regreso a tu parroquia, Convento arriba, la plaza entera llegas a iluminar con el brillo de tus ojos, reflejo sublime de pura bondad. ¡Eres Estrella de la mañana, Faro de luz que mis pasos guías, Eres la causa de mi alegría y consuelo para el alma mía! Mírame Madre mía, no me dejes de mirar, que mi alma sólo en Ti confía, Madre de la Soledad”.

Concluiría la exaltación algo más adelante con la gran fiesta del Domingo de Resurrección, haciendo un recorrido desde la amanecida con la función y procesión del Santísimo, la célebre Vuelta y el gran colofón con la procesión gloriosa de la Santísima Virgen, finalizando el pregón refiriéndose a ella con estas sentidas palabras:

“Y yo, yo lucho contra la gravedad que me sujeta al suelo mientras con todas mis fuerzas, estirar quiero mi cuello para lograr verte entre ese mar de cabezas alzadas que buscan lo mismo que yo, extasiarme en tu belleza, acompañarte en tu soledad, postrarme ante tus plantas y rogarte con humildad, que seas por siempre el centro de nuestras vidas, que de los míos tengas piedad, que nos consueles en las aflicciones y que nos bendigas con tu paz y después, después, lo que Tú quieras, Soledad”.

Tras un largo aplauso se interpretó el “Himno a Nuestra Señora de la Soledad” (Víctor López López, 2016) y tras ello el hermano mayor, D. Diego Villar, procedió a dar los oportunos agradecimientos y unos recuerdos al presentador de la pregonera y a ella misma, a lo que se sumó el coro con sendos ramos de flores, cerrándose el acto con la interpretación del Himno de Andalucía y Nacional por parte de la banda de música y el aplauso de todos, quedando de esta forma culminada otra hermosa jornada de pregón en la Plaza.

Fotos: Fco. Javier Contreras