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El próximo día 6 de febrero, coincidiendo con la sabatina de primer sábado de mes, será presentado en el templo parroquial santiaguista el Simpecado de Nuestra Señora de la Soledad, una vez finalizados los trabajos de restauración a los que ha sido sometido desde agosto de 2015 en el taller de Bordados Salteras, ubicado en la localidad sevillana del mismo nombre.

La intervención ha consistido en la limpieza y pasado a un nuevo soporte de las dos caras de las que consta el Simpecado (la anterior de terciopelo y la posterior en raso de color crema). Los bordados han sido restaurados uno a uno reponiendo el hilo de oro en las partes que carecían de él, sustituyendo y enriqueciendo con nuevas lentejuelas y canutillos de oro las zonas requeridas. También se han repuesto los hilos en piezas realizadas en sedas de colores que lo demandaban.

Para el terciopelo escogido se ha priorizado la similitud con el color carmesí original. Asimismo, se han recompuesto aquellos fragmentos que se encontraban en un pésimo estado de conservación y se han corregido deficiencias en el dibujo, reubicando las piezas en su posición correcta. Por otro lado, también se han renovado los bordados del forro del Simpecado, dejándolos en un perfecto estado.

En cuanto al óvalo, original de D. Juan Oliver, ha sido restaurado por N.H.D. Manuel Francisco Luque Posada, licenciado en Bellas Artes, mientras que los elementos de orfebrería del mismo han sido remozados por Orfebrería Bernet (perillas y aureola de estrellas de plata de ley).

Finalmente, como última fase del proceso, el Simpecado ha sido montado en un nuevo armazón realizado en aluminio (con objeto de aligerar el peso) por Orfebrería Hermanos de los Ríos, respetando en grado sumo la forma del primigenio. Los extremos de las puntas llevan dos borlas de oro y rojo, modelo cardenalicio.

Esta restauración ha sido costeada íntegramente gracias a la aportación del Coro de Campanilleros ‘Nuestra Señora de la Soledad’ y lucirá en todo su esplendor por primera vez en la calle con motivo de la procesión del domingo día 7.

Reseña histórica del Simpecado

La documentación conservada por la Hermandad atestigua que la corporación ha tenido a lo largo de su historia varios simpecados, aunque no será hasta el siglo XX cuando se diseñe la pieza definitiva que conservamos en la actualidad. Este simpecado se decide realizar en un cabildo celebrado el día 23 de enero de 1940, eligiendo como diseñador del mismo al hermano y maestro pintor Juan Oliver Míguez, el cual se inspira en el modelo dieciochesco del gran simpecado de gala de la Virgen del Rosario de Santa Catalina, de Sevilla. Este simpecado sevillano destaca por el espléndido bordado que conserva de estilo rocalla.

Para su ejecución se llevó al taller de las hermanas Trinitarias de Sevilla, siendo concretamente la hermana Sor Madriné la encargada de realizarlo. Fue estrenado en la Semana Santa de 1942, partiendo curiosamente la tradicional vuelta de nazarenos del Viernes Santo con el nuevo simpecado desde la antigua Venta de Guía.

El asta que lo sostiene fue diseño también del hermano Juan Oliver y ejecutada en el taller de Fernando Marmolejo, siendo estrenada en 1943. Su decoración se compone a base de elementos vegetales y veneras muy resaltadas aludiendo a nuestro Santo Patrón.

La obra, de un tamaño considerable, recuerda ciertamente a los grandes simpecados de gala que conservan las hermandades de Gloria sevillanas y la forma del mismo también la toma de ellos. La pieza acoge la tradicional forma de esta insignia, es decir una parte superior prácticamente cuadrangular, en este caso rematada por un penacho central, y dos caídas en la parte baja, de forma triangular.

La parte central del mismo, contiene un bello lienzo oval de Nuestra Señora de la Soledad vestida de hebrea realizado igualmente por Juan Oliver en 1942. La pintura está firmada y fechada, y representa a nuestra Titular sobre un resplandor y una aureola de doce estrellas de plata, sobrepuesta al lienzo. Durante algunos años, esta pintura fue sustituida por una pequeña imagen de Nuestra Señora de la Soledad ataviada de gloria con atributos de plata. Rodeando el óvalo pictórico, se extiende la decoración bordada sobre terciopelo de color rojo burdeos. Partiendo de un marco, se desarrolla todo un bello diseño de rocallas y motivos florales realizados en seda y diversas técnicas, como la hojilla.

Sobre el óvalo aparece el anagrama mariano sobre fondo blanco y rematando la obra, en el penacho, un lucero. Bajo el óvalo se encuentra el escudo de la Hermandad, realizado en sedas, y a los lados, en la parte superior de cada caída, un tondo. El de la izquierda acoge el busto de Santiago Peregrino, con todos sus atributos, y en el de la derecha tres elementos simbólicos de la figura del apóstol, como son, la concha de peregrino, la espada de su martirio (recordemos que le fue cortada la cabeza) y de nuevo, un lucero. Este lucero no es más que la alusión a la aparición milagrosa del sepulcro del apóstol, ya que fue descubierto hacia el año 813 bajo la señal divina de una lluvia de estrellas, en lo que fue llamado ‘campus stellae’, actual Compostela.

El simpecado se remata en su parte trasera con una cartela bordada rematada con corona y cruz de Santiago, conteniendo el título de la Hermandad.

 

FOTOS: Israel Adorna.